28 ene 2009

Playas de Sydney I




Después del Surf Camp y de quedarme sin entradas para el Open de Australia y posponer mi viaje a Melbourne hasta que se dispute el gran premio de Australia allá por Marzo, decidí que lo mejor era pasar el fin de semana en casa.
El viernes decidimos llevarnos a clase la ropa de la playa, y justo después de comer nos fuimos a Manly Beach una de las más famosas playas de Sydney, para ello tienes que coger el ferry que para los visitantes es como una atracción turística pero para los habitantes de Sydney es como coger el Metro en Madrid.
Manly Beach es más como las playas que conocemos en España, las que visitamos en el Surf Camp son playas enormes, vírgenes, sin ninguna casa, ni chiringuito, ni ningún tipo de regalo por parte de Paco “el Pocero”, en cambio Manly es la típica playa de una ciudad grande, como la Malvarrosa en Valencia, con la salvedad que aquí la gente hace Surf, hay unas vallas al fondo para que los tiburones coman sardinas en lugar de piernas humanas, hay un socorrista con silbato cada 25 metros, y sólo te puedes bañar entre las banderas porque en el resto las posibilidades de que te lleve la corriente hasta Nueva Zelanda gratis son bastante altas.
Un dato interesante respecto a las playas australianas es que nadie hace Top Less, es algo que contrasta bastante con España, porque por ejemplo en Ibiza donde estuve en Agosto, a la que no hace Top Less la señalan con el dedo, la verdad es que no se muy bien el motivo por el que no lo hacen, porque a las australianas no las faltan motivos para hacer Top Less y tampoco era plan de hacer un sondeo en plena playa cuya pregunta principal era “¿por qué no prescinde usted de la parte superior de su bikini?.
Otro dato curioso son los socorristas, aquí hay uno a cada paso que das y vigilan que nadie se bañe fuera de la zona marcada, y que nadie se meta muy al fondo, de hecho el Sábado no dejaban que te metieras más allá de la rodilla, porque al parecer la corriente era bastante fuerte. A los únicos a los que nos les dicen nada es a los surferos que se van a tomar viento con las tablitas, lo cual me lleva a la siguiente reflexión , o se presupone que saben nadar lo suficientemente bien como para salir solos, o que como tienen tabla si se les lleva la corriente pueden agarrarse a algo antes de llegar a Nueva Zelanda, o (esta es la peor opción) es que consideran que hay demasiados surferos , que su existencia es demasiado molesta y poco valiosa, y que por ello no importa que se los zampe un tiburón.
Algo que en Australia va irremediablemente unido con la playa son las barbacoas, en Manly no es muy propio hacerlas por esto del paseo marítimo y demás, pero en las pequeñas playas colindantes todo el mundo se prepara sus salchichas al calor de las llamas.
El sábado, en la misma playa de Manli pudimos asistir a una competición de remo en todas sus modalidades, que si barcas con muchos australianos remando, que si barcas con un australiano solitario dando paladas, que si relevos… la verdad es que era bastante espectacular ver las barquitas saltar por encimas de las enormes olas aussies.
Algo que se echa de menos respecto a España, es, por ejemplo en Manly Beach, la ausencia de garitos cutres donde leer el Marca, (también llamados chiringuitos de playa). Aquí los restaurantes son bastante más cool y sirven cosas como filete de ternera de Kobe que en España cuesta un riñón, pero que aquí es más económica porque la crían aquí a la dichosa vaca japonesa. Obviamente tienen sitios menos exclusivos pero son de comida rápida, pero nada de una buena ración de chopitos y eso que aquí el marisco es bastante bueno.
Otra cosa que llama la atención es el tema de la protección solar, aquí creo que ya os comente que en los autobuses urbanos hay unos anuncios muy desagradables sobre el cáncer de piel y la gente está bastante concienciada, así que no es de extrañar ver a gente con la cara completamente blanca, o niños con traje de baño de cuerpo entero. Los surferos llevan la nariz y las mejillas de colores por culpa de un Stick de crema que usan y que aguantan miles de horas en el agua, me pienso comprar uno y hacerme unas fotillos artísticas.
Bueno y creo que nada más que contar, de la playa de Manly, ya me cambie a la residencia, comparto habitación con un noruego que se llama Daq que es muy majete y parece una persona normal no canta, ni baila delante del espejo ni se pasa 30 horas diarias frente al ordenador, aunque creo que me van a cambiar porque yo soy residente de larga duración o algo así y me van a pasar a otra mejor, la residencia mola, es ago así como un poco peor que el Europa (para los no enterados el Europa es el colegio en el que malviví los últimos siete añitos de mi vida) pero con gente de otros países.
La próxima publicación de este blog estará dedicada al día de Australia. He de agradecer a una lectora el que me haya hecho llegar una errata en alguna entrada anterior, con toda la razón del mundo porque rollo es con dos “l” y no con “y”, cuando lo encuentre prometido que lo corrijo

Surf Camp



El domingo 25 de enero, se cumplían exactamente 2 semanas desde mi llegada a Sydney, en estás dos semanas, la vida diaria, aunque novedosa no pedemos negar que es más rutinaria que los fines de semana.
Durante mi estancia aquí he vivido dos fin de semanas bastante diferentes pero igual de entretenidos ambos. El primero de ellos fue el Surf Camp y el segundo ha sido más hogareño pero para nada peor que el primero.
Comenzaré con el primero de los dos, el Surf Camp, que es algo así como campamento de Surf, el tema comienza como el viernes a las 6 p.m. cuando un autobús, que en España no pasaría ningún control, ni revisión, ni nada parecido, te recoge en el centro de Sydney. Te recibe un tío como de uno noventa que claramente tiene pinta de Surfero, y que se pasa los primeros 15 minutos de viaje haciendo chistes australianos sobre los bien que lo vamos a pasar haciendo Surf y de fiesta. Una vez en el autobús te das cuenta de que uno de las principales diferencias con los autobuses españoles es que el cartel ese de “prohibido comer y beber en el interior” no existe, y no es que la gente tenga unas cervezas y algo para comer en la mochila, es que el surfero jefe en la primera parada nos dice que vayamos a cenar, nos para delante de un Mcdonalds y el colega en cuestión regresa al autobús con cervezas y vino blanco para todos.
En esto si que estamos más avanzados los españoles, y es que lo de que beban vino blanco de este que viene en una caja de 5 litros esta pelin desfasado, porque lo mejor de todo es que sacan la bolsa esa que hay dentro de la caja y se pasan entre ellos esa especie de odre plateado del siglo XXI. Por supuesto todo el mundo se comió su cena en el autobús, con la consiguiente acumulación de basura, pero bueno supongo que eso va en el espíritu surfero.
Tras 4 horas de viaje llegas a una especie de rancho vallado, en el que el conductor mete el mencionado bus por un camino de tierra a la misma velocidad a la que iba por la autovía, y tras 5 minutillos por caminos inmundos, llegamos a una especie de camping, y digo especie porque no hay tiendas de campaña, sino unas casitas mu monas. La casa principal del complejo, hace las veces de comedor, sala de fiestas, bar… mientras que el resto están llenas de literas donde nos vamos acomodando, antes de ir un ratillo a la casa principal donde hay música para que nos vayamos conociendo. Cuando cada uno veía oportuno se iba a dormir ya que el día siguiente se preveía largo.
A las 7 a.m del sábado unos de los surferos tipo (rubio, moreno de piel, con el bañador caído nos enseñando la hucha) nos despierta, para dirigirnos al desayuno, muy australiano, que hay preparado en la casita principal. Cada uno tiene que lavar el plato y los cubiertos que use.
Una vez desayunados, nos dirigimos a una especie de nave donde nos hacen entrega de un traje de neopreno, y nos reparten en 3 grupos, tantos como “autobuses”. Para los habilidosos que se hayan dado cuenta de que autobuses está entrecomillado es porque, cualquier parecido con los autobuses conocidos en España es pura casualidad. Probablemente los usaron antes para el transporte de canguros y animales salvajes, pero como les encanta el reciclaje, pues me parece correcto que ahora nos metan ahí, aunque unos minutos más tarde y viendo cómo y por donde conduce el colega ves más que lógico el estado del vehículo y te asombras de la capacidad de aguante de los coches australianos.
La expedición de mi grupo, estaba compuesta por el “chustabus” y un Toyota 4x4 con el techo repleto de tablas como vehículos, por 3 señores surferos, Joel (el del micrófono del día anterior), Scott, y Jarrah (el surfero profesional),por el señor que conduce el 4x4 y por 20 simpáticos alumnos entre los que me encuentro yo con otros compañeros de la escuela y con un grupo de suecas, que además de ser el gentilicio de los habitantes femeninos de Suecia, podéis buscarlo en el diccionario, también es “grupo de rubias, de buen ver, que babean por el surfero profesional y que acabar “durmiendo” en la cabaña de algún instructor de surf”
Tras la primera sesión de Surf mañanera, nos llevan a uno de los muchos lugares que los australianos tienen destinados a hacer sus famosas barbacoas. Allí aprendemos a hacer el típico sándwich Australiano (os enseñare a la vuelta), tras la comida y una nueva sesión de Surf, recibimos unas clasecillas de historia y geografía de la zona, muy interesantes en las que descubrimos que en una de las playas en las que hemos Surfeado, se produjo uno de los mayores rescates de ballenas de la historia de Australia.
Ya de vuelta en el campamento, duchaditos y arregladitos, había preparada una “cena-fiesta-espectáculo”, en la cena había una especie de sangría, receta especial del Surfer Pro, que bueno, en otras palabras el tipo estará muy bueno y hará muy bien Surf pero mejor que no se acerque a la cocina de nuevo.
Luego unos jueguecillos australianos que consistian por ejemplo en meterse un surfero y una alumna en el mismo neopreno, bastante desagradable de ver pero bueno, que le vamos a hacer, humor aussie.
Como el día anterior cada uno decide cuando es el mejor momento para ir a dormir, o para bañarse en la piscina a las 4 de la mañana, porque al día siguiente teníamos otro duro día de Surf. El domingo la clase teórica consistió en aprender el proceso de formación de las olas y los riesgos y normas del Surf, la verdad es que los colegas serán unos vividores pero se lo toman en serio.
Por si alguien lo quiere buscar en el Google Maps el sitio donde fuimos al Surf Camp se llama Seal Rocks . La verdad es que la experiencia del Surf estuvo bastante bien, es muy divertido y quiero volver a probar, ya sabéis que a mi cuando me da la fiebre por un deporte (veáse el esquí) … aunque con un neopreno que me llegue a los tobillos porque tengo las rodillas destrozadas.

24 ene 2009

Video

Hola que tal.

os dejo un pequeno video recopilatorio con alguna fotillo de estas semanas vale??



http://au.youtube.com/watch?v=71cxu6ul_q0




La proxima entrada incluira documento valiosisimo e inedito, mi companero de cuarto cantando!!!!!!

Me voy a la playa que hace como 200 grados a la sombra

19 ene 2009

Pequenos detalles australianos



Bueno creo que ahora después de una breve descripción de las bondades de la vida australiana, algún detalle graciosillo para que esto se haga un poco más ameno no estará, lo primero que uno nota cuando llega aquí es que aquí se conduce por el sentido contrario al europeo, lo cual no pasaría de una anécdota si no fuera porque las posibilidades de que te atropellen son bastante grandes si miras para el lado que no debes, por lo que en los pasos de cebra está escrito en el suelo el lado hacia el que mirar.
Que los coches de los taxistas no son Skoda Octavia como en España, aquí son todos, y cuando digo todos son todos, Ford Falcon, que aquí lo que se pone en intermitente en los semáforos es el color rojo de los peatones, que el transporte público es una maravilla, un poco caro, pero muy eficaz , incluye tren, bus y todos los ferrys que puedas coger
Que triunfa una especie de coche igual que una berlina española pero pick-up, bastante poco práctica, de la marca que en España sería Opel y que sorprendentemente maquean igual que si vivieran en Gamonal.
Que el pasado fin de semana hubo 5 ataques de tiburones en las playas australianas, ninguno con resultado de muerte, pero que según mi instructor de surf (Jarrah Tutton, surfer profesional del cual recomiendo su búsqueda en Internet sobre todo a las féminas) si veo uno haciendo Surf me da 100 dolares.
Que en los alrededores del centro financiero de Sydney donde yo voy a clase, está muy de moda el alter office que consiste en irte a tomar vinos, cervezas y demás cosillas directamente después de salir del trabajo, a eso de las 5 de la tarde.
Que la comida que hace la señora de mi casa es buena para alimentar a las cucarachas tamaño DIN A3 que viven por estos parajes, aunque yo creo que con su tamaño son capaces de abrir el frigorífico y servirse solas.
Que los surfers son tal y como os los podéis imaginar, rubios, morenos de piel y ojos azules, y que a pesar de los bichos que aquí habitan, van descalzos a todos lados.
Que a pesar de estar a tomar por el saco de España esto está lleno de castellano parlantes que provienen de America del sur. Pero para ellos es un pelin más caro el tema, no se me la conversión exacta pero vamos que si un euro son 2 dólares australianos, un dólar australiano son como 2000 bolívares del colega venezolano de nuestro presidente.
Que ayer aprendí a hacer un sándwich con huevo típicamente australiano, que vi mis primeros canguros, y mi primera serpiente y tampoco es para tanto.
Y que creo que poco más, de momento…

La vida boca abajo se ve bastante bien

Depués de una semana residiendo en el pais más desarrollado del hemisferio sur podemos decirque uno llega a ciertas conclusiones bastante interesantes basadas en la observación cotidiana de las cosas.
La primera palabra que hay que pronunciar irremediablemente después de decir Australia es multiculturalismo, creo que no había visto en mi vida tanta gente de orígenes diversos en tan poco espacio,( y mira que en Madrid hay sitios…), pues bien según mis informaciones el 24% de los 20 millones de habitantes de este gran país han nacido fuera de sus fronteras, y el 40% es mestizo en cuanto a lo que orígenes se refiere.
Uno puede tener el erróneo pensamiento de que cuando uno se baja del avión y pisa suelo australiano, lo primero que va a ver es un tipo vestido de “cocodrilo dandy”, a caballo, cuidando de 500 vacas a la vez que mata serpientes con la mirada, pero cuando vives unos pocos días aquí te das cuenta de que en Europa tenemos muchísimas cosas que aprender. Australia ha sabido unir lo mejor de las culturas que forman su población, es muy americano, muy europeo, muy asiático y un poco aborigen. Y eso lo ha conseguido trayéndose lo mejor de cada casa a la suya propia, que necesitan médicos, pues inmigración ofrece puntos para el visado para los médicos extranjeros, vamos casi como en España. Aquí puedes disfrutar lo mejor de la gastronomía mundial en apenas 50 metros, culaquier comida asiatica la puedes encontrar casi en cualquier sitio, y tambien esta muy de moda la comida biologica, vegetariana y demas variedades verdes de alimentacion.
Según el hombrecillo que me transporto del aeropuerto a casa, la crisis mundial (crisis?? Que crisis??) todavía no afecta en pleno a la población australiana que vive tranquilamente atenta a sus cosas, pero el hombre a diferencia de cualquier americano medio, sabía lo que pasaba fuera de su país y me pregunto si en España había mucha crisis, yo le dije que si sin mucha explicación, porque no estaba muy seguro de si me iba a entender si le explicaba que al decirle que si estaba siendo un antipatriota.
Tras la multiculturalidad, algo que destaca a primera vista es el hecho de que los australianos son gente de mente abierta, muy amable, muy educados y dispuestos a ayudar en cuanto les preguntas algo, (de momento no me he encontrado con ninguno que se salga de esos parámetros).
Lo siguiente que llama la atención de este país es la pasión por el deporte que tienen, tanto de practicarlo como de verlo, todo el mundo habla de deporte o sabe algo del tema, los periódicos dedican un numero importantísimo de páginas a los deportes, y los informativos para nada son como en España que dedican 5 minutos a los deportes, 2 y medio para hablar del “Madrid” y otros dos y medio para el resto del deporte mundial, aquí si el informativo dura media hora la mitad del informativo es sólo para los deportes. Ahora mismo el indiscutible rey de la parrilla deportiva es el cricket , aunque a lo largo del año comparte protagonismo con rugby, football australiano, soccer (nuestro futbol), tenis (en breve comienza el Open de Australia al cual puede que hagamos una visitilla), y por supuesto el Surf .
Lo mejor de todo es que no se conforman con verlos y la mayoría, los practica, por lo que la vida al aire libre está a la orden del día en Australia, y esto me lleva al siguiente punto fuerte del pueblo australiano, su extremado respeto por el medio ambiente, aquí el 99% de la gente recicla sus residuos, no encontraras un papel en el suelo y si lo encuentras tranquilo que el siguiente australiano lo recoge seguro, en las playas olvidaros de colillas, cáscaras de cualquier cosa o basura en general. Basten como ejemplos que este fin de semana tras un largo día de surf, el señor instructor (Surfer profesional, esponsorizado por Rip Curl) se paso más de media horita recogiendo restos de la comida que unas gabachas desaprensivas habían dejado junto a nuestra barbacoa (lugar especialmente habilitado para comer cerca de la playa) y que a la vuelta a la residencia del Surf Camp, encontramos una serpiente en medio de la carretera, y allí todo el mundo más firme y parado que una vela,como si la serpiente fuera de la guardia civil y estuviera haciendo un control, algo parecido a lo que haríamos en España que habríamos matasellado la serpiente a la carretera a las primeras de cambio.
Después de esta breve descripción espero que os hagais una mejor idea de como es la vida australiana. Habrá segunda parte de esta sección a medida que yo me vaya enterando de más cosillas curiosas.
un saludo
P.D. espero que sepais disculpar la falta de acentos en algunas partes, porque lo escribi en mi ordenador pero lo edite en uno de la escuela y a los australianos no les gustan mucho los acentos del castellano

14 ene 2009



Hola que tal.
Creo que nos habíamos quedado en el bonito momento en que descubro que algún pequeño tailandés había muerto aplastado por mi maleta y que ésta se había quedado en Bangkok como prueba del delito. Tras rellenar los formularios y darles la dirección de mi futura casa para que me mandaran la maleta asesina, me dirigí hacia la puerta detrás de la cual debería haber alguien con un cartel con mi nombre… pues… no, allí no había ni peter, había una familia de origen asiático y poco más y mira que es grande el aeropuerto de Kingsford Smith. Tras este primer momento de pánico, me di cuenta de que había un señor con un cartelito bajo el brazo ayudando a cambiar dinero a otro señor paquistaní (descubrí después), cuando terminó de ayudarle con las gestiones se dio la vuelta y como yo era la único que vio pues inmediatamente supuso que eso yo lo que buscaba y así era.
El señor muy majete él, se llamaba Ray, así que yo di por supuesto que era el padre de la familia donde me iba a quedar porque en el mail que me pusieron desde Sydney el padre de familia también se llamaba Ray. Nos dirigimos al parking donde el hombrecillo abono su ticket, y fuimos hasta su coche, un Honda color azul en el que yo casi me siento en el sitio del conductor porque se me olvido que aquí se circula por el otro lado.
Después de 25 minutillos en coche (hibrido por cierto, que no hacia nada de ruido) llegamos a un barrio residencial donde al hombre dudo un poco cual era la casa correcta, cosa que me sorprendió bastante, ¿por qué el hombrecillo no conoce su propia casa?. Pasados los momentos de duda, el hombre se decide por una casa de un solo piso, donde hay aparcado 3 coches, deja el coche en la puerta y nos dirigimos como a la puerta de atrás esquivando los coches, estamos justo entre dos casas.
Una vez allí nos recibe una señora, que a mi me recuerda a la que sale en la peli de los goonies, se llama Gail y es la señora de casa, veo a dos de sus hijos que me saludan por la ventana, y me pregunta si ese es todo mi equipaje, yo le digo que me lo han perdido y oculto el hecho del posible tailandicidio provocado por mi maleta.
En lugar de irnos a la casa de la familia nos vamos a la de al lado, entramos por atrás y allí empieza la fiesta, me presenta primero a un chileno (Francisco) que está planchando calzoncillos, a dos mejicanos (Erick y Daniel) y me lleva a mi habitación. Allí al abrir la puerta aparece un personaje de rasgos asiáticos con el pelo teñido amarillo pollo, el personaje en cuestión es coreano, se llama Son (en coreano es complicado de escribir) y lo primero que me dice es que si por favor me puedo descalzar antes de entrar en la habitación.
Las primeras impresiones son variadas. a) en esta casa sólo viven estudiantes. b) como tal casa de estudiantes las zonas comunes parecen haber sido abandonadas a su suerte, c) aquí estamos seguros de animales salvajes y arañas gigantes, morirían nada más pisar el suelo de la cocina, d) mi habitación contrasta por su limpieza con el resto de la casa, e)mi compañero parece ser un amante de la limpieza y el orden, jejejej no tiene ni idea de la que le acaba de caer en lo que a orden se refiere, f) no parece que haya buen royo entre la facción sudamericana y la asiática.
Después de estas rápidas conclusiones, conozco a otros dos miembros de la casa, otro coreano y un tailandes, igual el sabe algo de mi maleta y su compatriota muerto, no se lo puedo preguntar porque sabe decir “hello” y ya.
Tras conocer a mi nueva familia, y puesto que llevaba 23 horas de viaje (sin contar el paseo en tren por tierras castellanas) decido que lo mejor que puedo hacer es irme a dormir, me informan que las noticias que yo tenía de que el trayecto a la escuela eran 40 minutos en tren, eran erróneas y en realidad son 1 hora y cuarto una hora y veinte, así que hay que levantarse a las 6:30 de la mañana para llegar a las 8:30 a la escuela.
Bueno lo que pasó después lo dejamos para el siguiente capítulo, después de una larga charla con el coreano y de descubrir que es un amante de la música dance, y no solo de la música sino de cantarla y bailarla también, además de que hace ejercicios en la habitación con mesillas y sillas, decido que dormir o por lo menos intentarlo es lo más sensato.

13 ene 2009

Burgos-Sydney...


Para empezar bien el viaje, decidí que sólo se podía recurrir a altas instancias para que esto fuera un viaje como Dios manda, así que gracias a la colaboración de nuestra querida Ministra de Fomento, Doñas Magdalena Álvarez, tuve un ameno paseo en tren de Burgos a Madrid, y tengo que agradecerle a la señora Ministra que para esta ocasión decidiera que era mejor que el viaje durara 6 horas en lugar de las 2 y media reglamentarias, así me quede más con el paisaje, una pena que fuera de noche y que el Albia tenga los cristales tintados (resulta curioso ver como un aparatito diseñado para volar cerca de los 300km/h también puede circular a una media de 35km/h sin desmerecer en ningún momento).
Tras la visita turística por tierras castellanas organizadas por Maleni, llegue a la capital del reino coincidiendo con las magnas celebraciones del 22 aniversario del nacimiento de Jorge Campillo Peña, llegue un poco tarde, cuando la fiesta languidecía pero allí estuve. Para los que no conozcan a Campillo os diré que es un tío de Burgos, aficionado del Betis, con una foto del rey en su cuarto del Colegio Mayor, cuyo principal regalo (el cual le encanto) fue una camiseta de Paco Martínez Soria, ahí lo dejo..
Alcancé después con éxito Base España II, a la que llegue acompañado de uno de sus moradores, Don Carlos Barrio Casado, tras hacer noche en tan insigne localización me dirigí pronto por la mañana hacia el aeropuerto internacional de Madrid Barajas, allí la anteriormente mencionada ministra había organizado otra fiesta en mi honor, para darme la merecida despedida, la fiesta consistía en apostar con el ministro Moratinos cuanta gente es capaz de entrar en barajas un día después de una pequeña nevada.
La verdad es que la apuesta ministerial no me impidió realizar las gestiones aeroportuarias con rapidez y precisión, probablemente gracias a que iba con tiempo de sobra, así que a las 11:00 estaba delante del Boeing 747 de la compañía Thai Airlines, puerta A4, terminal 1 de barajas. Rodeado de la gente más variopinta que os podéis imaginar, porque una cosa es que los señores tailandeses sean raros, y otra es que haya alguno vestido de monje budista y algún otro con rollito cocodrilo dandy con sombrero de cuero y todo, supongo que es lo que tiene ser destino del turismo sexual.
Una vez dentro del avión te das cuenta de porque a las demás se llaman compañías de bajo coste ( ¡¡¡¡EN ESTE AVIÓN ME CABÍAN LAS PIERNAS!!!!) y porque esta compañía es tailandesa, todas las señoritas azafatas vestidas muy tailandesas ellas, y eso que se cambiaron de indumentaria que yo contara 3 veces durante el viaje.
Para ser un vuelo de 12 horas se me hizo bastante ameno, entre comidas, cenas, desayunos, películas, documentales, visitas al baño, cacahuetes, zumos y refrescos ni te das cuenta que has llegado a Bangkok. La verdad es que iba con un poquillo de canguelo con el tema del transbordo, porque según mi billete tenía una hora para cambiar de avión y llevábamos 20 minutos de retraso, pero el modernísimo aeropuerto de Bangkok (que contrasta con los campos inundados que se ven alrededor desde el avión) está muy bien pensado y en 5 minutos estás pasando el control para subirte al siguiente avión.
Casi la tramo muy gorda porque se me cayo la tarjeta de embarque entre el control donde te la cortan y la puesta del avión, menos mal que me acordaba del asiento que tenía. En este segundo avión el tipo de gente cambió un poquillo, pasamos de asiáticos a gente rubia tostada al sol con claros indicios de ser autóctonos australianos. Este avión era un Boeing 777 con la bonita ventaja que tenía pantalla individual, para poder elegir entre un montón de cosas, y cuando digo un montón de cosas os diré que entre las revistas y demás cosillas que lleva cada asiento hay un folleto, de gordo como el catalogo mensual del plus o de Imagenio donde venía toda la programación, desde películas, a juegos, pasando por documentales y series, así que las 9 horas se me hicieron bastante amenas también.
Tras contestar a tropecientas preguntas sobre si llevas algún tipo de alimento, semilla o algo de madera en la maleta, llegas al control de aduanas donde no tuve ningún problemilla en pasarlo a pesar de la cara de mala leche que tenia la señora que me atendió.
Y llegamos a la parte divertida, esa en la que todo aquel que ha viajado en avión teme, esa en la que parece que estás viendo la lotería de navidad pero que en lugar de bolitas lo que caen son maletas, y en lugar de el gordo lo que te puede tocar es que no caiga tu “bolita”, pues bien a mi y a otros 3 españoles nos toco el premio gordo.
Nos dirigimos al mostrador de reclamaciones, ( resulto que a la chica que le perdieron el equipaje también iba a hacer un curso de inglés en la misma escuela que yo) donde antes de darles la tarjeta de embarque ya sabían quienes éramos porque al parecer nuestras maletas no habían podido cambiar de avión a tiempo en Bangkok, lo cual me pareció bastante lógico teniendo en cuenta que mi maleta era mucho más grande que cualquier tailandes de tamaño medio.
Después de hacer mis gestiones y las del matrimonio que no hablaba nada de ingles, me dirigí a la puerta donde alguien debería esperarme, pero eso lo dejaremos para el próximo capítulo

Los preparativos secretos...



Hola que tal
Para empezar debería decir que el motivo de este blog es contar las historias más o menos divertidas que se me presenten muy por debajo del ecuador y a 10 horas de diferencia de ESPAÑA, esta ligera introducción es para todos aquellos que todavía no sabe que me he ido una temporadita a Australia, después de meditarlo como unos 2 días después de que mi anterior plan no llegara a buen puerto.
Este primer capítulo está dedicado a los preparativos del viaje, puesto que no se trata de ir de Burgos a Sotopalacios, ni de Madrid a Parla , pues éste merece un apartado especial, ya que literalmente darte la vuelta al mundo no se hace así como así y tiene más panificación que invadir cualquier republica bananera.
El tema comienza consiguiendo los papelillos necesarios para venir a estudiar a Australia, en primer lugar necesitas un numerito que te proporcionan los señores que imparten el curso y con ese numerito solicitas la Visa de estudiante, pero a los señores australianos, muy anglosajones ellos no les vale con el numerito ni con decir que vienes de un país limpios y aseado como ESPAÑA (a pesar de nuestro querido presidente), sino que te piden que te hagas un reconocimiento médico en toda regla y una bonita radiografía de torax. Después de todos esos trámites, de rellenar miles de papelillos, de numerosas visitas furtivas a Madrid… por fin el día 2 de Enero de 2009 la comunidad australiana me considera una persona digna de ingresar en sus filas una temporada (no está mal si tenemos en cuenta que se trata de un país que durante años fue todo el una cárcel).
Una vez con el visado me pude comprar el billete, ahí llega el segundo problemilla, y es que no todo el mundo tiene un avión que te haga 12 horas sin quejarse, así que después de mucho rebuscar, Thai Airlines fueron los elegidos. Era la primera noticia que yo tenía de las aerolíneas tailandesas pero la verdad es que todo el mundo decía que era una gran compañía, de repente todo el mundo la conocía y todos habían hecho sus horitas en ella, ya sabéis todo todo el mundo conoce Thailandia por ser el primer destino de turismo sexual del mundo, será eso.
Una vez con el billete y el visado quedaba una parte sustancial del viaje, LA MALETAAAA!!!, causa de numerosas roturas familiares y asesinatos en serie varios, en mi casa decidimos que ante mi pasividad y el nerviosismo de mi madre, lo mejor era subcontratar el montaje de la misma a profesionales externos, así que recurrimos a mi tía y en un instante teníamos la maleta hecha.
Dios esto se va a hacer eterno y sólo estoy empezando, una vez que toda la logística estaba en marcha y a buen ritmo, pasamos al plano sentimental de las despedidas y las lágrimas, desde aquí agradecer a la parroquia burgalesa su bonita despedida sorpresa y sus innumerables muestras de cariño (parece un funeral esto), lo cual no es un reproche a ninguna otra parroquia, como la madrileña, puesto que por mi expreso deseo no sabían nada de mi marcha.
No contentos con la problemática intrínseca del viaje, decidimos que darle un toque invernal era mucho más melancólico y emotivo, así que decidimos solicitar nieve para el día de la partida, por lo que tuvimos que solicitar la subcontrata de otra parte de la familia con vehículo 4x4 para poder llegar a la estación de tren.
Hasta aquí un breve repaso a los preparativos del viaje, en próximos capítulos iremos con el viaje propiamente dicho.